ESPECIAL VICTIMISMO
Os dejamos a continuación una serie de recursos que ayudan a eliminar la tendencia a pensar y actuar como una víctima ( Ver la definición del victimismo
aquí). Además aumentan la sensación de poder personal,nos ayudan a aceptar y buscar soluciones y refuerzan la creencia de que podemos afrontar las circunstancias de la vida de manera proactiva.
Se consciente de tus actitudes victimistas
Sin este primer paso no podemos avanzar, muchas veces no nos damos cuenta de nuestro victimismo y nos justificamos cargando contra las circunstancias, contra otras personas y llenándonos la boca de verdad. Te proponemos que leas la primera parte del victimismo y no caigas en autoengaños ni trampas. Identifica tus actitudes victimistas y a por ellas.
Crea tus hábitos y tus hábitos te crearán a ti…Pásate un mes sin quejarse
Muchas persona tienen muy enraizadas el hábito del victimismo y está tan automatizado que no se dan cuenta, como si fuera lavarse los dientes o ducharse por las mañanas, lo hacemos de manera rutinaria y ni nos enteramos. Pues una manera muy potente de romper este mal hábito es intentar estar un mes sin quejarse. Ni “Qué desastre!”, ni bufidos, ni insultos al aire, ni hablar mal del tiempo o del trabajo… (tienes más ejemplos de lo que no podrías hacer aquí). Es un reto muy motivador que hast pueds compartir con otras personas.
Desarrolla una fuerte creencia en tu capacidad para crear y cambiar tus emociones
No son ni las personas, ni los acontecimientos, ni el pasado, ni las situaciones adversas quienes nos generan nuestras emociones. Integrar este concepto es fundamental para dejar de ser un victimista, realmente somos nosotros quienes creamos nuestras emociones según como interpretemos. Por ejemplo, si nos vamos de vacaciones y se pone a llover podemos interpretarlo desde el victimismo (“Que mala suerte, vaya asco de vacaciones”) generando emociones negativas como la frustración, el enfado o el desánimo . O podemos decirnos, “Bueno, no pasa nada, no puedo ir a la playa pero voy a aprovechar para hacer ese curso de buceo que siempre quise hacer” provocando emociones muy positivas como la ilusión o la alegría. No decidimos lo que nos ocurre en la vida pero sí que podemos decidir cómo lo interpretamos y por tanto como creamos nuestras emociones.
Así que cada vez que te pilles poniendo la fuente de tus propias emociones en otras personas, circunstancias o azares de la vida, recuerda este punto. A no ser que alguien o algo te ponga un cable conectado con tu cerebro y le dé a unos botones para crearte emociones, el que mandas en tus emociones eres tú, nadie más. Eso nos da un poder descomunal ante la vida, nos vuelve más fuertes, proactivos y de paso destrozamos en pedazos el victimismo. (Más sobre como generamos nuestras emociones aquí)
Dolor si, sufrimiento no
El dolor es un cúmulo de emociones negativas inevitables en nuestra vida, normalmente debido a procesos de duelo o aceptación. Necesitamos estar tristes, enfadados o llenos de angustia para recuperarnos de una pérdida o situación crítica. Pero este dolor es temporal y con el tiempo desaparece.
Luego está el sufrimiento, emociones negativas desproporcionadas, enquistadas o innecesarias en nuestra vida que no nos ayudan a absolutamente nada y que es causado por nuestro propio pensamiento distorsionado y su constante repetición de él. El victimismo sólo genera sufrimiento innecesario y vacío, asi que recuerda esta frase : «En la vida, el dolor es inevitable y el sufrimiento es opcional».
Desarrolla una fuerte creencia en el poder del presente
Una actitud errónea muy común es pensar que estamos controlados por nuestro pasado, y si algo nos pasó e influyó en nuestras vidas continuará haciéndolo el resto de nuestra vida. Nos ponemos nosotros mismos las esposas, tiramos las llaves al río y quedamos atados a nuestro pasado, a nuestra educación, a los fracasos que tuvimos, malas decisiones, relaciones… es decir, victimismo en estado puro. Esta idea tan reactiva es una sobregeneralización falsa. Vale, lo pudimos pasar mal en alguna época de nuestra vida, incluso pudimos vivir situaciones terribles e incluso cometer errores garrafales pero el camino del victimismo no nos va a ayudar a absolutamente nada: ni aceptaremos, ni pasaremos página, ni nos esforzaremos por trabajar por nosotros…nada de nada salvo mantener la creencia irracional de que el pasado determina nuestro futuro(y así hasta convertirla en una profecía autocumplida).
Cuando nos encontramos tan influidos por el pasado, las emociones que sentimos sobre personas y cosas de ese lejano mundo son transferidos al presente. De esa manera reaccionamos a las sombras que ya no existen del pasado en lugar de hacerlo ante nuestro presente. Las consecuencias está garantizadas: frustración, impotencia, desánimo…,
Por ejemplo, imagínate que hayas tenido varias experiencias muy negativas a nivel afectivo, el victimismo nos llevará rápidamente a pensar que hemos tenido muy mala suerte o que la culpa ha sido del género masculino o femenino. De esa manera nos iremos bloqueando cada vez más,nos pondremos en alerta y acabaremos por centrar toda nuestra atención en confirmar nuestra teoría. Resultado, la profecía autocumplida, o dicho de otra manera ¿Crees que te ha ido mal por culpa de los hombre o las mujeres? Pues seguramente te vaya mal,cuando después de mucho tiempo vuelvas con alguien estarás inseguro, a la defensiva, irritado..y la relación finalmente fracasará confirmando tu teoría.
El pasado nos influye en nuestra vida, por su puesto, pero no de la forma victimista que puedas creer, el pasado no tiene ningún efecto mágico, automático o misterioso sobre el presente o el futuro. Tú puedes cambiar en el aquí y en el ahora. Cuanto más te centres en tu presente más serás capaz de analizar tu pasado de manera más realista, responsabilizarte de tu propio cambio y aprender de todo lo ocurrido en el pasado. Esto a su vez te ayudará a evitar la repetición de errores pasados y de paso a romper con la profecía autocumplida. Al final te resultará mucho más fácil y efectivo cambiar tu presente para crear un futuro mejor.
Aprende a filtrar tus pensamientos
Cada vez que te pilles haciendo algo autofrustrante y utilizando frases tales como: «Si al menos…», «Siempre he sido así». «Que asco de vida» o «No puedo cambiar» trabaja para filtrar estos pensamientos, analiza si es una visión objetiva,útil para ti o que te genere emociones efectivas (te recomendamos que leas este capítulo sobre cómo filtrar los pensamientos). Luego evalúa de modo realista tus necesidades y deseos y haz una elección basada en el presente.
Por ejemplo, María es muy insegura y no suele relacionarse con sus compañeros de trabajo. Un día le invitan a una fiesta y descubre que está pensando: «No puedo ir, si al menos fuese menos tímida pero siempre he sido así. Vaya desastre.».
Tras filtrar sus pensamientos piensa: «¿Qué quiero decir con “si al menos”? Esta manera de pensar no me lleva a ningún lado, además es una mentira porque me acuerdo un día hace tiempo que me atreví a ir a una fiesta y me lo pasé muy bien. Vale, puede que sea algo tímida , pero lo que tengo que pensar es cómo puedo cambiar y mejorar esta inseguridad. La clave es que trabaje mi autoestima, que gane habilidades sociales, que interactúe con la gente para así estar más confiada. Creo que esta fiesta me puede venir de perlas, además si no voy, nunca podré conectar con mis compañeros y acabaré cayendo en esa profecía acutocumplida de que nunca puedo conocera nadie. Voy a ir con una buena sonrisa, además si me siento un poco incómoda me puedo ir cuando quiera. La verdad es que tengo mucho que ganar yendo a la fiesta. Seguro que va a estar genial.»
Desarrolla la capacidad de aceptar la frustración y la pérdida
Las frustraciones y las exasperaciones son una parte muy normal de la vida cotidiana. Quitando excepciones, no dan lugar a catástrofes ni a desastres. Es muy importante trabajar la idea de que de que se puede vivir bastante bien a pesar de que llueva en nuestras vacaciones, perdamos la cartera o no tengamos pareja.
Un modo de hacer esto es llegando a ampliar tu perspectiva vital y saber relativizar respecto de la pérdida y la frustración. Esto puede ayudarte a considerarlas como no deseables, pero no como insoportables o intolerables. Otra estrategia importante a utilizar cuando te enfrentes a una lesión,un trabajo horrible, el dolor o un atasco de tráfico es focalizar tu atención en otro punto, es decir, utilizar el recurso de la distracción. En vez de estar quejándote en círculo, con la distracción ayudamos al cerebro a oxigenarse, a ganar en claridad y a romper tanto círculo vicioso de pensamiento negativo. Además la distracción disminuye nuestras emociones negativas provocando que todo se vea diferente. Ejemplos de distractores pueden ser desde hablar de otro tema con alguien,dormir, ir a correr o tomar unas cervezas con unos amigos (Tienes más ejemplos para relajarte y distraerte aquí)
Aprende a ser más proactivo
Que no te puedan los problemas. El victimista es muy reactivo,es decir, los problemas siempre son más grandes que él.Pueden ser problemas pasados, presentes o futuribles, lo único que hace el victimista es quejarse y resignarse ante lo que le ocurre. Una persona proactiva siempre es más grande que el problema, busca opciones, analiza que parte del problema depende de él y se pone a trabajar, nunca se queja, acepta, planifica, lucha, aprende…
Recuerda que el cambio es el hermano pequeño de la aceptación
Me gusta mucho esta frase, por que el primer y más importante paso es aceptar (la pérdida, un percance, una situación difícil, cualquier injusticia…). Aceptar es una “palabrita” muy fácil de decir pero a veces muy difícil de conseguir. El victimista nunca acepta nada, se resigna o se enquista en la queja, pero nunca acepta.Y hace muy mal porque cuando aceptamos una circunstancia, nuestro cerebro rápidamente dedicará todos sus recursos a buscar soluciones y ponerlas en práctica.
Localiza tus actitudes erróneas
La necesidad de aprobación, el perfeccionismo, la preocupación, la culpa…muchas de estas actitudes nos hacen caer en el victimismo, conócelas y trabájalas.