ESPECIAL SOBRE LA FORTALEZA PSICOLÓGICA DEL PERDÓN
El perdón es una de las mayores fortalezas psicológicas que posee el ser humano desde siempre, por eso es o ha sido un pilar indiscutible en la filosofía de cientos de sociedades, religiones o culturas a lo largo de la historia. Y por algo será, el perdón tiene multitud de beneficios físicos, sociales o mentales como ya vimos en el anterior artículo sobre el perdón. Además, mires por donde lo mires, siempre merece la pena perdonar. Por eso, para aquellos que les cuesta perdonar les recomiendo este post. Perdonar es un antídoto muy potente que sirve para todo, ya sea para nimiedades como que alguien no le felicite el cumpleaños, le deje tirado un día o le critique, pasando por problemas familiares, rupturas de pareja o “traiciones” hasta llegar a niveles más extremos como torturas, atentados terroristas o asesinatos. Ya sea también por enfados con uno mismo, con los demás o incluso con la vida, el perdón merece siempre la pena porque sin duda alguno el que perdona (obviamente de manera sana y equilibrada) siempre gana. Y si no lo crees te propongo que leas las siguientes 11 razones (y 5 buenas películas sobre el perdón por si te apetece echarles un vistazo)
“Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar.” (Mahatma Gandhi)
1. Nos permite responsabilizarnos de nuestras emociones ( y por lo tanto de nuestra felicidad)
2. Es un antídoto contra uno de los peores venenos, el rencor.
3. Nos ayuda a romper con el victimismo…
4. …Y con los chivos expiatorios
Perdonar vuelve aquí a convertirse en un antídoto muy eficaz contra esta actitud tan terrible al aceptar nuestra vida, nuestro presente, responsabilizarnos de nuestras emociones y centrarnos en nosotros mismos.
5. Nos ayuda a crecer como personas
6. Permite que florezcamos emocionalmente.
7. Nos enseña a mantener unas sanas expectativas sobre los demás y sobre la vida
8. Nos permite aprender, mejorar y construir relaciones constantemente
9. Nos da un enorme poder y nos vuelve proactivos ante la vida
10. Es la mejor “venganza” posible.
11. En definitiva, perdonar es el mejor regalo que nos podemos hacer
Nadie duda de que perdonar sea fácil en ocasiones, pero lo que está claro es que una vez que lo hacemos nos desprendemos de esa cadena que nos ata a alguien o a algo y que nos quita poder en la vida. Si dejamos que nuestras emociones las generen los demás (en este caso el resentimiento y la ira), nunca podremos alcanzar nuestra propia felicidad.
(En esta entrevista con Irene Villa, una víctima del terrorismo que con solo 12 años perdió las dos piernas en un atentado de ETA, vemos muy bien explicado la razón última del perdón. Muy recomendable)
El rencor es un proceso de reforzamiento de la ira en el que es evocada una y otra vez una herida del pasado. La ira como emoción es eficaz pero tan sólo en momentos muy puntuales, por eso si la mantenemos en el cuerpo a través del rencor es literalmente veneno puesto que está relacionada con multitud de efectos perniciosos a nivel físico (enfermedades o accidentes) o mental. Perdonar conlleva liberarnos de ese rencor y por lo tanto cortar la energía ligada a esta a fin de utilizarlo de manera constructiva.
Una de las actitudes negativas más perniciosas que existen es el victimismo, un enfoque que nos hace sentir completamente ineficaces y sin sentido ante la vida debido a la creencia errónea de que tenemos poca o ninguna capacidad para ejercer una influencia positiva sobre nuestra vida. Perdonar conlleva tener una fuerte creencia en nuestra capacidad para controlar y cambiar nuestras emociones y en el poder de nuestro presente. Dos creencias muy sanas y proactivas que nos inmunizan sin duda alguna contra el victimismo.
La tendencia a encontrar personas y acontecimientos que sirvan como chivos expiatorios para nuestros problemas o debilidades personales de uno es otra manera de victimismo. Culpar a alguien o algo de nuestros problemas va acompañado normalmente del rechazo a asumir la responsabilidad de nuestra vida y encima dedicamos una cantidad infinita de energía y tiempo en condenar y criticar a esa persona o circunstancia por habernos provocado ese malestar.
Una vez que aceptamos solemos crecer psicologicamente, incluso ante situaciones extremas como violaciones, atentados terroristas, guerras o torturas, las personas que han conseguido perdonar a sus verdugos han vivido procesos únicos de crecimientos personal (es lo que se llama el crecimiento postraumático)
La gente que no perdona está llena de emociones negativas como ira, ansiedad, amargura o resignación provocando lo que en psicología se llama languidecer emocionalmente. Lo bueno de perdonar ya no es solo que nos descargamos de estas emociones negativas si no que también comenzamos a generar emociones positivas como el amor, la serenidad o la alegría que provocará un maravilloso efecto dominó en nuestras vidas (ver el capítulo delflorecimiento emocional)
Nunca debemos esperar (como si de una obligación se tratase) nada de nada o de nadie. Si hacemos esto podemos estar enfadados todo el día al depender de cosas que no controlamos (y que muchas veces no se van a cumplir). El truco consiste en centrarnos en nosotros y que lo demás sea un maravilloso complemento. Por eso perdonar significa también generar sanas y flexibles expectativas respecto a la vida
Perdonar es aceptar, y una vez que perdonamos (con el proceso necesario de perdón) pasamos página y centramos todas nuestras capacidades (que antes dedicábamos en avivar nuestro rencor) en aprender y mejorar constantemente, eligiendo mejores relaciones, decisiones o acciones que ayuden a que lo que nos hizo daño no se vuelva a repetir.
Las personas reactivas son aquellas que reaccionan siemrpea la vida y por lo tanto cualquier problema o situación negativa les puede constantemente provocándoles una sensación de resignación, infelicidad o enfado perpetuo. Por otro lado las personas proactivas son aquellas que ante un problema o situación negativa son capaces de aceptar, afrontar y buscar las mejores opciones. Si eres una persona proactiva tienes un gran poder en la vida y eres capaz de afrontar todo lo que se te ponga por delante. Recuerda, perdonar es una de las acciones más proactivas y por lo tanto con más poder que existe en el ser humano. Además uno deja de estar victimizado por tanto sentimiento negativo y se obtiene una sensación de logro, libertad y control.
Lo se, esta razón está llena de un poco de ironía pero es una razón muy cierta. Siempre se puede buscar una venganza “positiva” mediante la creación de un futuro mejor para uno mismo. Porque nada molesta a un “enemigo” que vernos sonreír después de haberle perdonado y seguido adelante con nuestra vida.
Sin duda, por todo lo anterior. Ser capaz de verlo así nos permite trabajar más y mejor en este proceso que tantos beneficios tiene pero que tan difícil es para muchas personas.